12/11/2024
¿Qué tipos de varices existen y cómo reconocer cada una?
Las varices son más comunes de lo que imaginas: afectan a millones de personas en todo el mundo, y se estima que hasta un 16,4% de la población adulta las padece[1]. Estas venas dilatadas no solo representan una preocupación estética, sino que también son un reflejo de problemas circulatorios relacionados con la insuficiencia venosa crónica.
La pregunta es: ¿cómo saber si tienes varices y qué tipo necesitas tratar?
En este artículo te contaremos qué tipos de varices existen, sus causas y por qué es clave detectarlas y tratarlas a tiempo.
4 tipos de varices y cómo reconocerlas
No todas las varices son iguales. Dependiendo de su tamaño, ubicación y características, se clasifican en varios tipos. Identificarlas correctamente es fundamental para tratarlas a tiempo. Aquí te contamos los 4 tipos más comunes.
1. Telangiectasias o arañas vasculares
Las arañas vasculares son las varices más pequeñas y visibles, conocidas por su apariencia de líneas finas rojizas o azuladas, parecidas a una telaraña, que suelen aparecer en las piernas o el rostro. Aunque normalmente se consideran un problema estético, algunas personas pueden experimentar ardor o picazón. No son peligrosas pero podrían ser una señal temprana de insuficiencia venosa subyacente, por lo que no deben ignorarse[2].
2. Varices reticulares
Estas son venas dilatadas de color azul verdoso que suelen aparecer en la parte posterior de las piernas. Pueden generar una ligera sensación de pesadez o incomodidad, especialmente tras pasar mucho tiempo de pie. Aunque no suelen ser graves, pueden ser molestas y requieren atención si los síntomas persisten[3].
3. Varices tronculares
Estas son las varices más grandes y evidentes. Se presentan como venas abultadas y retorcidas. A menudo afectan las venas principales de las piernas y están relacionadas con síntomas como dolor, hinchazón y calambres nocturnos. Su presencia suele ser un signo de insuficiencia venosa en etapas más avanzadas[4].
Los tipos de varices según su grado:
Grado I (Varículas)
Las varículas son pequeñas venas de color violeta que se observan bajo la piel. Aunque suelen considerarse un problema estético, en algunos casos pueden provocar sensación de cansancio y pesadez en las piernas. Las varículas representan los primeros indicios de insuficiencia venosa, por lo que iniciar un tratamiento oral desde esta etapa es fundamental para prevenir su avance y aliviar los síntomas.
Tipo de varices: arañas vasculares
Grado II
En este grado, las varices se vuelven más visibles y prominentes, destacándose bajo la piel. A diferencia del grado I, estas varices suelen ir acompañadas de síntomas más molestos, como dolor, calambres, picazón, escozor, sensación de pesadez y cansancio en las piernas. Estos síntomas indican una progresión de la insuficiencia venosa, lo que hace esencial abordar el problema con tratamientos adecuados para aliviar las molestias y evitar complicaciones.
Tipo de varices: Varices reticulares.
Grado III
En el grado III, las varices son significativamente dilatadas y visibles, indicando un avance claro de la insuficiencia venosa. Los síntomas incluyen dolor más intenso y persistente, acompañado de cambios en la pigmentación de la piel, así como hinchazón y edemas en las piernas. Esta etapa requiere atención médica, ya que el deterioro venoso puede progresar rápidamente sin el tratamiento adecuado[5].
Tipo de varices: Varices tronculares.
Grado IV
El grado IV representa la etapa más severa de las varices, marcada por complicaciones graves que pueden afectar significativamente la calidad de vida. En esta fase, es común el desarrollo de zonas eczematosas y la formación de úlceras venosas, además de un mayor riesgo de infecciones. Este grado requiere un tratamiento complejo y especializado, ya que refleja un estado avanzado de insuficiencia venosa que puede derivar en problemas de salud serios[6].
Tipo de varices: Varices severas con complicaciones.
Los beneficios del tratamiento temprano de las varices
Es importante saber que las varices visibles son solo la punta del iceberg. Detrás de ellas está la insuficiencia venosa crónica, el verdadero problema que necesita tratarse desde la raíz para lograr resultados efectivos. Por eso, el tratamiento temprano de esta condición es fundamental por varias razones:
- Prevención de complicaciones: El tratamiento precoz puede prevenir el desarrollo de complicaciones más graves como úlceras venosas, trombosis o cambios en la pigmentación de la piel.
- Mejora de la calidad de vida: Los síntomas como dolor, pesadez y cansancio en las piernas pueden aliviarse con un tratamiento oportuno que actúa desde el origen del problema.
- Beneficios estéticos: Abordar el problema en sus etapas iniciales puede prevenir la aparición de varices más visibles y extensas.
Tratar la insuficiencia venosa desde su origen es fundamental para evitar que el problema avance y genere complicaciones. En este sentido, los tratamientos venotónicos desempeñan un papel clave: refuerzan las paredes de los vasos sanguíneos, mejoran el tono venoso y disminuyen la permeabilidad capilar. Gracias a estos efectos, alivian los síntomas de piernas cansadas y ayudan a prevenir la formación de varices[7].
Daflon 500 mg es un venotónico oral diseñado para el tratamiento de los síntomas relacionados con la insuficiencia venosa leve en adultos. Su eficacia se debe a sus componentes activos, la diosmina y la hesperidina. Si deseas saber más, aquí te explicamos en detalle cómo actúa Daflon 500[8].
Entender los diferentes tipos de varices y sus causas es clave para cuidar tus piernas y prevenir problemas mayores. Incluso si están en una etapa inicial, no las ignores, ya que podrían ser una señal de algo más profundo que necesita atención.
Recuerda, cada variz visible tiene algo que decir sobre tu salud venosa. Darle a tus venas el cuidado que merecen es una forma de invertir en tu bienestar general. ¡No lo dejes para después!
Artículo aprobado por Elsa Soustre, Directora del departamento Medical Affairs de Servier, con el apoyo de un equipo especialista con amplios conocimientos médicos y técnicos. Servier es un grupo internacional fundado al servicio de la salud. Aquí puedes ver más sobre nuestro proceso editorial. |
Referencias
[1] Miguel, A., & Jesús, V. (2004). Prevalencia de varices en adultos y factores asociados. Medicina Clínica, 123(17), 647–651. https://doi.org/10.1016/s0025-7753(04)74632-1
Última consulta: diciembre 2024
[2] Telangiectasias. (n.d.). https://www.fesemi.org/informacion-pacientes/conozca-mejor-su-enfermedad/telangiectasias
Última consulta: diciembre 2024
[3] Alcalde, L. G., Aguayo, J. a. S., & Cortina, A. P. (2024). Estudio de la insuficiencia venosa crónica. Cirugía Cardiovascular. https://doi.org/10.1016/j.circv.2024.03.008
Última consulta: diciembre 2024
[4] Estudio de la insuficiencia venosa crónica. (n.d.). Cirugía Cardiovascular. https://www.elsevier.es/es-revista-cirugia-cardiovascular-358-avance-resumen-estudio-insuficiencia-venosa-cronica-S1134009624000640 Última consulta: diciembre 2024
[5] Abbad, C. M., Horcajo, R. R., Ortega, M. B., & Madrid, C. G. (2015). Guía de práctica clínica en enfermedad venosa crónica del Capítulo de Flebología y Linfología de la Sociedad Española de Angiología y Cirugía Vascular. Angiología, 68(1), 55–62. https://doi.org/10.1016/j.angio.2015.09.011 Última consulta: diciembre 2024
[6] Alcalde, L. G., Aguayo, J. a. S., & Cortina, A. P. (2024). Estudio de la insuficiencia venosa crónica. Cirugía Cardiovascular. https://doi.org/10.1016/j.circv.2024.03.008 Última consulta: diciembre 2024
[7] Nicolaides A, Kakkos S, Baekgaard N, et al. Management of chronic venous disorders of the lower limbs. Guidelines according to scientific evidence. Part I. Int Angiol. 2018;37(3):181-254.
[8] Ficha técnica DAFLON 500. Disponible en: https://cima.aemps.es/cima/pdfs/es/ft/59080/59080_ft.pdf
Última consulta: diciembre 2024
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